
Pamplona, 12 de abril de 2025 – El icónico Lenny Kravitz ofreció un concierto inolvidable en el Navarra Arena, en el cierre de su paso por España dentro de su gira mundial Blue Electric Light Tour 2025. La velada no solo fue un despliegue de energía y talento, sino también una profunda declaración de amor al público español, a través de la música, la espiritualidad y una fusión artística única.
Desde sus primeras palabras, Kravitz conectó con los asistentes hablando en español y regalando incluso algunas frases en euskera, lo que fue recibido con ovaciones por un público entregado desde el primer acorde. A lo largo del concierto, el artista compartió reflexiones cargadas de misticismo y humanidad, dejando claro que su música sigue siendo un canal para la conexión y la trascendencia.
Uno de los aspectos más comentados de la noche fue la sorprendente solidez de su voz en directo. Con una tesitura cálida y profunda que conserva intacta la potencia y el timbre que lo han caracterizado durante décadas, Kravitz brilló por la claridad de su entonación y su control vocal. Pasajes suaves, casi susurrados, se entrelazaban con momentos de explosión rockera sin perder ni un ápice de precisión. Su dominio de la respiración y su naturalidad para modular entre registros graves y medios impresionó tanto a nuevos oyentes como a sus seguidores más fieles.
El repertorio combinó algunos de los grandes éxitos de su carrera con temas de su nuevo disco Blue Electric Light. Durante la noche recordó que 1991 fue su año favorito, y a partir de ahí desató una secuencia ininterrumpida de temas emblemáticos que hicieron vibrar al público, provocando un estallido colectivo de canto y baile. No faltaron clásicos imprescindibles como Fly Away y American Woman, que desataron la euforia y reafirmaron la conexión magnética entre Kravitz y sus seguidores.
Uno de los momentos más mágicos de la noche llegó con los acordes de Let Love Rule. Mientras sonaba este himno de amor universal, Lenny se mezcló entre el público, caminando entre los asistentes con los brazos abiertos, en una clara invitación a la comunión y el entendimiento. Pero la sorpresa mayor estaba por llegar: sobre el escenario lo acompañaban Estrella Morente, Kiki Morente y la reconocida bailaora Belén López, en un duende flamenco que elevó el tema a nuevas dimensiones.
La fusión entre el rock eléctrico de Kravitz y la pasión jonda del flamenco provocó uno de los instantes más aclamados de la noche, consolidando el mestizaje como uno de los sellos más emocionantes de esta gira en España. Ya en sus paradas anteriores en Madrid y A Coruña, el artista había experimentado con estos matices, pero fue en Pamplona donde esta sinergia alcanzó su máxima expresión.
Con este último concierto en territorio español, Lenny Kravitz no solo reafirma su estatus como Ministro del rock, sino que demuestra una vez más su capacidad para reinventarse, abrazar otras culturas y emocionar profundamente a públicos de todo el mundo.